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Hoy me asomo a una antigua barbería archidonesa que no tiene uso. Charlo con su propietario Juan Apostol de historias del pueblo. Allí se conserva un sillón que es una obra de arte. Un lugar con hermosas vistas al Paseo, a la espadaña de ladrillo. También se divisa las murallas y nuestra mezquita.
tan clásico...
ResponderEliminarEn mi peluquería tienen un sillón idéntico... que aún se sube con una palanca que maneja con el pie.
ResponderEliminarLa pena es que no se divisan ni tu mezquita ni tus murallas.
Un abrazo.