La monja cantaba: "Tal vez seria mejor que no volvieras. Quizás seria mejor que me olvidaras. Volver es empezar a atormentarnos. A querernos para odiarnos sin principio ni final. Nos hemos hecho tanto, tanto daño. Que amar entre nosotros es un martirio. Jamás quizo llegar el desengaño. Ni el olvido ni el delirio, seguiremos siempre igual.
Cariño como el nuestro es un castigo. Que se lleva en el alma hasta la muerte. Mi suerte necesita de tu suerte. Y tu me necesitas mucho mas. Por eso no habrá nunca despedida. Ni paz alguna habrá de consolarnos. El paso del dolor ha de encontrarnos. De rodillas en la vida frente a frente y nada más".
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